miércoles, 10 de abril de 2013

Cueva de los tayos





La Cueva de los Tayos Fue en 1969 cuando Juan Moricz, un flemático húngaro nacionalizado argentino, espeleólogo aficionado y experto en leyendas ancestrales, encaró uno de los más apasionantes misterios del oriente selvático del Ecuador: La Cueva de los Tayos. Aunque no era el primero en tropezarse con el intrincado de túneles y galerías subterráneas que dan cobijo a los Tayos (aves nocturnas cuyos polluelos son muy codiciados por los indios shuaras), es innegable su valentía y arrojo al haber sido, sin duda, el primero en dar a conocer a nivel mundial la existencia de este sistema intraterrestre.

Leyendo tan sólo la acta notarial de su hallazgo, con fecha 21 de julio de 1969, en la ciudad costeña de Guayaquil, a cualquiera se le encrespan los cabellos frente a estas detonantes afirmaciones:

“…he descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…”

 

Es inevitable pensar en la posible relación entre las planchas que menciona Moricz, halladas en una cámara secreta de la Cueva de los Tayos, con las planchas metálicas de complejos ideogramas que han sido visualizadas en nuestra experiencia de contacto, aquella biblioteca cósmica que narra la verdadera historia de la humanidad.

En toda la zona Oriental y particularmente en la Provincia de Morona Santiago, existen múltiples cuevas (cavernas) de este tipo, que son orificios de gran tamaño, con una variedad de formas, de longitudes, de facilidades o dificultades de acceso, en estas cuevas habitan unas aves llamadas TAYOS, de allí su nombre CUEVA DE LOS TAYOS, estas aves de tamaño mediano de color negro y blanco, viven es lo mas profundo de las cuevas.

 

 


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